martes, 14 de mayo de 2013

Ballenas en Ushuaia

El investigador del CADIC Adrián Schiavini aseguró que la presencia de ballenas en el Canal Beagle obedece a la búsqueda de alimentos, principalmente a la abundancia de cardúmenes de sardinas y bogavantes, un crustáceo decápodo marino, muy similar a la langosta, que puede alcanzar los sesenta centímetros de longitud.


“Los animales ingresan al Canal Beagle porque encontraron comida. Sabemos que en determinadas épocas del año, principalmente en verano se incrementa la presencia de sardinas fueguinas y de bogavantes. Constituyen una comida interesante para estos animales”, aseveró.

Dijo que “la gran cantidad de aves alrededor de las ballenas da cuenta de la presencia de cardúmenes, lo cual refuerza esa explicación". Sin embargo admitió que también es posible que se trate de ballenas perseguidas por orcas. “Pueden ocurrir ambos eventos”, dijo.


 Mencionó que en base a las estudios realizados “antes que los europeos descubrieran éste lugar la llegada de estos animales ocurría muy a menudo”.


El investigador expuso que en base a las imágenes que proporcionaron los vecinos que realizaron los avistajes de las ballenas se trataría de las ballenas tipo Sei y Minke.

Recordó que “en 2005 había varado una Sei y anteriormente en 1993 varó una ballena Minke en la bahía Ushuaia frente al museo”.

Precisó que las ballenas Minke son de más de 10 metros de largo y poseen unas barbas que filtran el agua para obtener sus alimentos y presentan en la garganta unas estrías notables que se parecen a un fuelle de la garganta que pueden inflar para cargar agua con organismos.


“Ambas especies son muy cosmopolitas y habitan desde los 60 grados de latitud Norte a los 60 grados de latitud Sur”, detalló.

Schiavini señaló que “hay otros eventos que han pasado pero no tenemos muchos registros porque no hay testigos, esto ocurre continuamente en todo los mares del mundo y a veces ocurre cerca de nuestras casas pero no hay testigos”.

“Simplemente hay que disfrutarlo y esperar que a lo largo del tiempo estos animales vuelvan a ocupar un lugar que antes ocupaban, y se haga costumbre. Vale la pena mencionar como ocurre en la isla Carlos III, en el Estrecho de Magallanes que ante la aparición de ballenas jorobadas en verano y otoño y actualmente, la zona fue declarada reserva marítima. Esto quiere decir que si los animales siempre y cuando haya alimentos y nadie los molesta vuelven a ocupar el lugar que siempre ocuparon”, evaluó. 

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